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INFOCIVICA - IDENTITE ET DIVERSITE DE L'EUROPE  - 2 - Réarticulation de l'offre, préservation du local-global et politique connexe de production et d'acquisition des droits dans une perspective cross-média
Prix Italia Turin– 19 septembre 2011

Emili Prado

Universitat Autónoma de Barcelona

 

La confluencia de dos revoluciones en curso, la de las redes y la digitalización, pone múltiples desafíos a los medios de comunicación y de forma muy particular a la televisión. Los problemas de índole genérico para el medio (fragmentación de las audiencias, escasez de contenidos originales generados industrialmente, contenidos generados por los usuarios, nuevas formas de distribución y acceso a los contenidos, deslocalización y desincronización del consumo, nuevas formas de distribución ) son problemas que afectan al conjunto de la televisión como industria, y de forma específica al Servicio Público, que encuentra en ese estado de cosas desafíos específicos para cumplir con sus objetivos tradicionales, especialmente a aquellos ligados al espacio público que afectan de forma específica a la capacidad de ser un instrumento eficaz en la generación del consenso, en el estímulo de la cohesión social, en la producción de la identidad, en el estímulo de la participación de los ciudadanos en los procesos sociales y políticos.

Frente a esas dificultades se imponen dos actitudes. La primera entierra la televisión como medio y por lo tanto su eficacia para seguir cumpliendo con esas funciones. La segunda, fascinada por los interesantes fenómenos desencadenados por la penetración de la red, desplaza hacia las formas de comunicación en red, sus manifestaciones audiovisuales y especialmente las redes sociales, todo el foco de atención y las expectativas de cumplir con ellas las funciones sociales y democráticas que antes estaban depositadas en la radiotelevisión pública. Ambas actitudes son lesivas para la legitimidad de la supervivencia del mismo concepto de Servicio Público. La primera porque si la televisión no sobrevive como medio empeñarse en mantener la televisión publica seria un anacronismo. La segunda porque si la red es de todos y los ciudadanos empoderados de esas herramientas de comunicación generan sus propias dinámicas de producción social del discurso, sobran mediadores y especialmente mediadores públicos.

Los primeros sostienen tozudamente su diagnóstico pese a estar manifiestamente desmentidos por las cifras. La televisión como medio sigue estando presente en altas dosis en el menú del consumo mediático en todo el mundo, y el tiempo destinado por los ciudadanos a ver televisión no deja de aumentar. A ello habría que añadir el consumo de las nuevas formas de televisión y de la televisión consumida en otras ventanas distintas al televisor, que las mediciones de audiencia no recogen adecuadamente y los agoreros se empecinan en ignorar. Los segundos desatienden por lo menos dos hechos nucleares. 1.- La comunicación audiovisual en red requiere conexión de banda ancha, y conforme aumenta el grado de sofisticación de los contenidos y la calidad técnica de la imagen, mayores son los requerimientos de ancho de banda para su circulación, lo que aleja a estas prácticas de un concepto emparejado con el de Servicio Público que es del de Servicio Universal. 2.- Los fenómenos de empoderamiento no son substitutorios del consumo audiovisual de matriz industrial sino que conviven con ellos, por un lado. Por otro, más allá de los momentos de explosión social que generan dinámicas espontáneas de alto contenido participativo y democratizador, todos los movimientos de comunicación popular que se han desarrollado con las tecnologías electrónicas a lo largo de la historia han demostrado que su sostenibilidad está íntimamente ligada, a la existencia de dinamizadores que permitan la creación de discurso social sostenidamente.

En definitiva, el Servicio Público no queda deslegitimado, por los argumentos de ninguna de esas dos actitudes, por el contrario su existencia queda más justificada que nunca a la vista de las debilidades de esos argumentos. Pero justamente el Servicio Público debe redefinir no sólo sus objetivos, sino la forma de conseguirlos en el nuevo escenario. Un análisis detallado del nuevo ecosistema dará las claves. Una de ellas es la de los contenidos. La industria audiovisual no ha sido capaz de suministrar contenidos originales para llenar los nuevos canales y los límites de los contenidos generados por los usuarios empiezan a aparecer con nitidez. El Servicio Público encontrará su razón de ser en la generación de contenidos y su puesta a disposición en todos los soportes y ventanas, creando sinergias multiplicadoras no sólo contando con la energía creativa popular, sino con los recursos ligados a los diferentes espacios de agregación, Local, Nacional y Europeo.